- Elaborar un referente o marco conceptual que defina con precisión los conocimientos y desempeños que son considerados apropiados al finalizar el grado o ciclo educativo que será evaluado, para luego traducirlo adecuadamente en especificaciones y estándares de carácter técnico.
- Incluir en las pruebas actividades con diversos grados de complejidad, que permitan informar sobre el punto en que se encuentran los estudiantes más avanzados y los menos avanzados.
- Definir los “puntos de corte” que establecen los límites entre los niveles de desempeño de una prueba.
- Diseñar muestras apropiadas a los propósitos de la evaluación.
- Definir cómo se harán comparables los resultados de pruebas aplicadas en distintos años.
- Construir datos longitudinales que permitan apreciar la evolución en el tiempo de los aprendizajes de un mismo conjunto de estudiantes.
- Establecer mecanismos de control del cumplimiento de las condiciones estandarizadas que deben regir durante la aplicación de las pruebas, para que la información sea confiable y comparable
Extractado de “Las evaluaciones educativas que América Latina necesita”, Documento N° 40 de PREAL - Grupo de Trabajo sobre Estándares y Evaluación, marzo 2008. Disponible en www.preal.org/Publicaciones
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